ORIGEN DEL CARNAVAL DE PASTO
Por: LUIS BURBANO PORTILLA
Se inscribe en el calendario del día de los San-tos Inocentes, durante muchos años, el 28 de diciembre era el día esperado por los pastusos para mojarse como nunca, hacerse chanzas, bromas y predisponer el cuerpo y el espíritu para el carnaval, desde los distintos barrios de la ciudad se iban inte-grando las galladas o grupos de amigos y vecinos con los cuales se paseaban por las calles de la ciudad, a pié o en carro, lanzando agua a todo aquel que se encontraban a su paso. Con el advenimiento de los grupos ecológicos y ambientalistas se inició, junto con el gobierno municipal una cruzada para prohibir el uso del agua, propósito que no se ha logrado al-canzar todavía por los dolientes del agua. Si el día es soleado y agradable no hay poder que detenga a quienes les gusta mojarse, como lo hacían sus ante-pasados. Esta celebración de los mojados también se celebra en el Ecuador en otra fecha.
La primera manifestación del carnaval pastuso es el pintoresco desfile de Años Viejos, evento artístico que se realiza el día 31 de diciembre, por las principales calles de la ciudad, modalidad que permite a los participantes hacer una crítica jo-cosa a las más diversas situaciones políticas o socia-les que han ocurrido en el año que termina. Gene-ralmente el tema escogido se recrea con un perso-naje central, acompañado de una viuda que baila al ritmo de una de nuestras típicas bandas campesinas o una murga, además de la comparsa de plañideras y dolientes del “viejo”, quienes van entregando el testamento del difunto y pidiendo una “limosna” para quemar a las 12 de la noche el año viejo.
Por información conocida, son muy pocos los pue-blos o ciudades del mundo que tienen un desfile de años viejos con calidad artística como el de San Juan de Pasto, con premiación y jolgorio por una parodia de aquello que la gente rechaza… la corrupción, la parapolítica, los falsos positivos, las pirámides, la in-seguridad democrática, los subsidios del uribito a los ricos, la corrupción de la casa de Nari, la reelección, la mafia del fútbol, el desempleo, etcétera.
La vinculación de organizaciones políticas de izquier-da, sindicatos, fundaciones y colegios le han dado una mejor calidad en lo estético y lo crítico, caso especial para mencionar el del Colectivo Cultural “El Rebus-que”, quienes han participado durante 3 décadas y ganado el primer premio en más de 15 ocasiones.
La presidenta de la Academia Nariñense de Historia, Lydia Inés Muñoz Cordero, así explica el sincretismo de la máxima expresión cultural de los pastusos :
“Tres son los componentes del Carnaval Andino de Negros y Blancos de San Juan de Pasto:
a) El componente indígena precolombino, ritualidades agrarias y cósmicas: al inti, a la quilla, al cuichig (arcoíris).
b) El componente hispánico: teatro, personajes, íconos y costumbres.
c) El componente afroamericano: el juego de la “pintica” que presenta su foco cultural en el antiguo Cauca”.
El 4 de enero se rinde homenaje a la participa-ción de los campesinos en el carnaval. Se re-cuerda el paso de las familias campesinas por Pasto con rumbo al Santuario de la Virgen de las Lajas. Es un día con un sabor festivo y alegre, donde comienza a sentirse el clímax del carnaval, las orques-tas se ubican en diferentes tablados y todas las per-sonas se disponen a iniciar el juego de carnaval, que durante 3 días los hará disfrutar de arte, música, dan-za y la sana convivencia entre pastusos de nacimiento y adopción, y turistas de todos los lugares de Colom-bia y el mundo entero, sobre todo ahora que se es-trena como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.
Sostiene el investigador Germán Zarama Vás-quez, en su libro “Sombras y Luces del Carna-val de Pasto” que los orígenes del carnaval se ubican en la antigua Roma, donde se conocían co-mo Los Saturnales, fiestas en homenaje a Saturno,
dios de la agricultura, se celebraban entre el 17 y 23 de diciembre, época en la que amos y esclavos convivían en torno al juego, la alegría y el humor. La expansión del imperio romano llevó consigo estas prácticas carnestolendas a todos los pueblos de oriente y occidente que conquistaron para que los valores paganos de la vida se reve-len con los valores cristianos de la edad antigua, probablemente con la conquista de los españoles llega a América el concepto y la práctica del carnaval latino.
Los orígenes de nuestro Carnaval de Negros y Blancos están por fuera del calendario tradicional de los car-navales de todo el mundo, enmarcados en las fiestas cristianas o paganas de la cuaresma o a la primera luna llena de primavera, nuestras fiestas tienen que ver con los festejos andinos ancestrales, complemen-tados con las tradiciones europeas y africanas, algunos estudiosos tratan de ubicarlo en una fiesta de talco, confeti, flores y serpen-tinas que realizó el Club Unión de Pasto en 1920, evento que estuvo presidido por una reina elegida por los concursantes que se disfrazaron para la ocasión.
Posteriormente los estudiantes uni- versitarios, el 6 de enero de 1926, or-ganizan un desfile de carrozas y com-parsas, con su correspondiente reina se toman las calles de la ciudad y dis-frutan del día de blancos. En las déca-das de los años 30 y 40 se comple-mentan las otras fiestas; el día de inocen-tes, los años viejos y la Familia Castañeda.
La fiesta del día de negros se remonta siglos atrás: tiene que ver con la esclavitud a que fue-ron sometidos los afrodescendientes en Amé-rica, su inicial reivindicación frente a la corona espa-ñola de obtener un “día de libertad” y su posterior gran conquista, la formación de los palenques como territorios libres de la esclavitud. En el siglo XVIII ya existen registros de la “fiesta de negritos” en la ciu-dad de Pasto, posteriormente, en el curso del siglo XX se convertiría en una celebración tradicional, de emi-nente participación popular, especialmente de los gru-pos culturales de Tumaco y la costa pacífica de Nariño, adquiriendo gran resonancia en los últimos años en un carnaval andino, como el de San Juan de Pasto.
fuente:http://www.colombia.travel
La primera manifestación del carnaval pastuso es el pintoresco desfile de Años Viejos, evento artístico que se realiza el día 31 de diciembre, por las principales calles de la ciudad, modalidad que permite a los participantes hacer una crítica jo-cosa a las más diversas situaciones políticas o socia-les que han ocurrido en el año que termina. Gene-ralmente el tema escogido se recrea con un perso-naje central, acompañado de una viuda que baila al ritmo de una de nuestras típicas bandas campesinas o una murga, además de la comparsa de plañideras y dolientes del “viejo”, quienes van entregando el testamento del difunto y pidiendo una “limosna” para quemar a las 12 de la noche el año viejo.
Por información conocida, son muy pocos los pue-blos o ciudades del mundo que tienen un desfile de años viejos con calidad artística como el de San Juan de Pasto, con premiación y jolgorio por una parodia de aquello que la gente rechaza… la corrupción, la parapolítica, los falsos positivos, las pirámides, la in-seguridad democrática, los subsidios del uribito a los ricos, la corrupción de la casa de Nari, la reelección, la mafia del fútbol, el desempleo, etcétera.
La vinculación de organizaciones políticas de izquier-da, sindicatos, fundaciones y colegios le han dado una mejor calidad en lo estético y lo crítico, caso especial para mencionar el del Colectivo Cultural “El Rebus-que”, quienes han participado durante 3 décadas y ganado el primer premio en más de 15 ocasiones.
La presidenta de la Academia Nariñense de Historia, Lydia Inés Muñoz Cordero, así explica el sincretismo de la máxima expresión cultural de los pastusos :
“Tres son los componentes del Carnaval Andino de Negros y Blancos de San Juan de Pasto:
a) El componente indígena precolombino, ritualidades agrarias y cósmicas: al inti, a la quilla, al cuichig (arcoíris).
b) El componente hispánico: teatro, personajes, íconos y costumbres.
c) El componente afroamericano: el juego de la “pintica” que presenta su foco cultural en el antiguo Cauca”.
El 4 de enero se rinde homenaje a la participa-ción de los campesinos en el carnaval. Se re-cuerda el paso de las familias campesinas por Pasto con rumbo al Santuario de la Virgen de las Lajas. Es un día con un sabor festivo y alegre, donde comienza a sentirse el clímax del carnaval, las orques-tas se ubican en diferentes tablados y todas las per-sonas se disponen a iniciar el juego de carnaval, que durante 3 días los hará disfrutar de arte, música, dan-za y la sana convivencia entre pastusos de nacimiento y adopción, y turistas de todos los lugares de Colom-bia y el mundo entero, sobre todo ahora que se es-trena como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.
Sostiene el investigador Germán Zarama Vás-quez, en su libro “Sombras y Luces del Carna-val de Pasto” que los orígenes del carnaval se ubican en la antigua Roma, donde se conocían co-mo Los Saturnales, fiestas en homenaje a Saturno,
dios de la agricultura, se celebraban entre el 17 y 23 de diciembre, época en la que amos y esclavos convivían en torno al juego, la alegría y el humor. La expansión del imperio romano llevó consigo estas prácticas carnestolendas a todos los pueblos de oriente y occidente que conquistaron para que los valores paganos de la vida se reve-len con los valores cristianos de la edad antigua, probablemente con la conquista de los españoles llega a América el concepto y la práctica del carnaval latino.
Los orígenes de nuestro Carnaval de Negros y Blancos están por fuera del calendario tradicional de los car-navales de todo el mundo, enmarcados en las fiestas cristianas o paganas de la cuaresma o a la primera luna llena de primavera, nuestras fiestas tienen que ver con los festejos andinos ancestrales, complemen-tados con las tradiciones europeas y africanas, algunos estudiosos tratan de ubicarlo en una fiesta de talco, confeti, flores y serpen-tinas que realizó el Club Unión de Pasto en 1920, evento que estuvo presidido por una reina elegida por los concursantes que se disfrazaron para la ocasión.
Posteriormente los estudiantes uni- versitarios, el 6 de enero de 1926, or-ganizan un desfile de carrozas y com-parsas, con su correspondiente reina se toman las calles de la ciudad y dis-frutan del día de blancos. En las déca-das de los años 30 y 40 se comple-mentan las otras fiestas; el día de inocen-tes, los años viejos y la Familia Castañeda.
La fiesta del día de negros se remonta siglos atrás: tiene que ver con la esclavitud a que fue-ron sometidos los afrodescendientes en Amé-rica, su inicial reivindicación frente a la corona espa-ñola de obtener un “día de libertad” y su posterior gran conquista, la formación de los palenques como territorios libres de la esclavitud. En el siglo XVIII ya existen registros de la “fiesta de negritos” en la ciu-dad de Pasto, posteriormente, en el curso del siglo XX se convertiría en una celebración tradicional, de emi-nente participación popular, especialmente de los gru-pos culturales de Tumaco y la costa pacífica de Nariño, adquiriendo gran resonancia en los últimos años en un carnaval andino, como el de San Juan de Pasto.
fuente:http://www.colombia.travel